miércoles, 13 de mayo de 2009

reflexiones

Es raro a veces ponerse a pensar ciertas cosas que pasan. Momentos de la vida, momentos extraños, únicos o simples que vivimos día a día. La secuencia que llevamos por el simple hecho de ser individuos, tan parecidos en algunos aspectos y tan distintos en otros tantos. Es una reflexión que siempre hago pero nunca la dije, nunca la comente demasiado mejor dicho.
Los aspectos tan simples que tenemos en determinadas cuestiones, y lo complejos que a la vez podemos ser. Cuando lo simple es lo que verdaderamente a mí como me persona me interesan y cuantas veces he visto personas caer por cosas básicas para mí de la vida. Como cuando alguien se va, cuando alguien opina distinto, o cuando alguien lo único que intenta hacer es provocar en vos cosas feas, sentimientos feos. Personas que son terminales, cuando en verdad hay muy pocas situaciones que son terminales en la vida, y no piensan en ningún momento que todos tenemos la posibilidad de vivir y revivir de la mayoría. Se tiran a un pozo ciego, el poso de la angustia del dolor y por momentos te tiran a vos, y eso resulta ser muy desesperante.
Es muy interesante para mí ver las actitudes que las personas tienen o toman. Es algo raro pero no extraño, supongo que algunos lo harán también en algún momento, pero como yo, tampoco lo dicen o si lo hacen lo harán solamente con algunas personas…es raro pero muy interesante poder simplemente observar de forma crítica. Plantearse una misma que decisiones hubiese tomado, ponerse en el lugar de esa persona que le sucedió determinada situación y reflexionar solamente suponiendo que sos vos. Es algo que suelo hacer. Por momentos me preocupa hacerlo también, porque me sorprendo de mi misma en algunas cuestiones. No siempre es fácil o igual decidir o pensar en frío cuando algo nos pasa o afecta, a que sea de manera directa. Nunca es lo mismo vivirlo en carne propia que suponiendo que lo viviste.
El sorprenderme me lleva a plantearme a veces ciertas cuestiones sobre mi personalidad, mi forma de ser y otras cosas que por momentos no he visto de mí. Por momentos me encuentro encasillada en circunstancias que no me gustan, que me siento incomoda tanto de verme como de sentirme así, encasillada. Que termino más raro “encasillar”. Me suena a meter en una cajita, con paredes altas que nadie puede saltar para ver otra cosa o como es la realidad. Una caja enorme que te permite moverte, pero siempre dentro de esas cuatro paredes donde se puede mirar hacia arriba y ver o imaginar lo que podríamos ser. Ese sueño a poder salir de ese lugar donde nos metimos o donde alguien por el simple hecho de vivir juzgando las acciones de los demás nos puso. ¿Esa persona estará también encasillada por mi? Yo no quiero encerrarla. No quiero prohibirle ser libre, ser feliz. No quiero dejar a nadie encerrado en ese lugar tan feo solo con la posibilidad de imaginarse en otro lugar. No en otra caja, sino en un espacio libre como debería serlo para todos.
Creo que rompería todas las cajas. No por bronca o por sentir que todos somos encerrados allí por alguien, por cualquiera, por un amigo, por alguien conocido, por un propio familiar o hasta por una misma. Sino por liberar las sensaciones horribles que nos dan estar encerrados, privados de un montón de cosas de la vida, metidos en algo que simplemente no queremos estar. Nunca lo deseamos, ni para nosotros ni para los demás. Nunca se lo desearía a alguien estar encerrado, ¿vos, si?

lu_totu 8/5/09